Organizado por el “Grupo de trabajo para el desarrollo productivo de la industria del conocimiento local y regional de Junín», durante mayo se puso en marcha la idea de Ciclo “Vincular: espacio de charlas sobre innovación”. Esta actividad fue pensada como un dispositivo más para ayudar a todos los sectores involucrados a re-construir el ecosistema de la economía del conocimiento de la ciudad de Junín, y de la región del noroeste de la Provincia de Buenos Aires.
El esfuerzo requerido de cara a este reto se enfocó en un trabajo conjunto con el objetivo de activar los pilares de innovación, y pensar a largo plazo el escenario del desarrollo de la economía local.
La transformación digital está cambiando cada una de las industrias. Y la alimentación, una de las más tradicionales, también está atravesando una revolución gracias a las foodtech, acrónimo que designa a las firmas que usan tecnología para desarrollar nuevas formas de elaborar comida, (food de alimentos, tech de tecnología).
Estas firmas siguen el “cambio de hábito” de una mayor número de personas que buscan una dieta más saludable y apuntan a aminorar su impacto ambiental.
En este marco, los hombres más ricos del mundo, como Jeff Bezos y Bill Gates, también apuestan parte de su fortuna al sector.
La transformación digital está cambiando cada una de las industrias. Y la alimentación, una de las más tradicionales, también está atravesando una revolución gracias a las foodtech, acrónimo que designa a las firmas que usan tecnología para desarrollar nuevas formas de elaborar comida, (food de alimentos, tech de tecnología).
Estas firmas siguen el “cambio de hábito” de una mayor número de personas que buscan una dieta más saludable y apuntan a aminorar su impacto ambiental.
En este marco, los hombres más ricos del mundo, como Jeff Bezos y Bill Gates, también apuestan parte de su fortuna al sector.
La transformación digital está cambiando cada una de las industrias. Y la alimentación, una de las más tradicionales, también está atravesando una revolución gracias a las foodtech, acrónimo que designa a las firmas que usan tecnología para desarrollar nuevas formas de elaborar comida, (food de alimentos, tech de tecnología).
Estas firmas siguen el “cambio de hábito” de una mayor número de personas que buscan una dieta más saludable y apuntan a aminorar su impacto ambiental.
En este marco, los hombres más ricos del mundo, como Jeff Bezos y Bill Gates, también apuestan parte de su fortuna al sector.
En el 6to encuentro del ciclo “Vincular: espacio de charlas sobre innovación”, el Grupo de trabajo para el desarrollo productivo de la industria del conocimiento de la ciudad de Junín y la región, invita a participar de la exposición donde se presentarán las tecnologías espaciales como recurso estratégico en la economía del conocimiento.
El encuentro es abierto y está destinado a alumnos, docentes de carreras universitarias con especialidades tecnológicas, investigadores, emprendedores tecnológicos, empresarios, vinculadores y público en general con interés en el uso y aplicación de datos obtenidos de fuentes satelitales.
El mercado de los alimentos 4.0 experimenta un verdadero boom en Argentina. Lejos de frenarse por la coyuntura que impone la pandemia, vive su etapa de esplendor.
Se trata de una revolución en la producción de comestibles gracias a las foodtech (food and technology), firmas que incorporan inteligencia artificial, big data y otras tecnologías para recrear de forma casi idéntica sabores, aromas y texturas de alimentos que hasta el momento provenían de animales, pero usando sólo plantas.
La nueva ola de empresas foodtech están revolucionando la industria alimenticia, buscando lograr sustentabilidad y eficiencia en la producción y el consumo.
El mercado de los alimentos 4.0 experimenta un verdadero boom en Argentina. Lejos de frenarse por la coyuntura que impone la pandemia, vive su etapa de esplendor.
La nueva ola de empresas foodtech están revolucionando la industria alimenticia, buscando lograr sustentabilidad y eficiencia en la producción y el consumo.
Se trata de una revolución en la producción de comestibles gracias a las foodtech (food and technology), firmas que incorporan inteligencia artificial, big data y otras tecnologías para recrear de forma casi idéntica sabores, aromas y texturas de alimentos que hasta el momento provenían de animales, pero usando sólo plantas.
La primera disertación estará a cargo de la licenciada Laura Correa, coordinadora de la División Bioingeniería del Laboratorio Craveri S.A.I.C, directora de Investigaciones en el área de Agricultura Celular quien expondrá sobre: “B.I.F.E., Biotecnología en la Fabricación de Elaborados Cárnicos”.
En la continuidad del encuentro, PhD Martín Vázquez, investigador del CONICET, co-fundador y director científico de Heritas disertará sobre: “Heritas Medicina de Precisión: una empresa desarrollada sobre la innovación y la economía del conocimiento”.
“Carne cultivada” en laboratorios, “carne” realizada digitalmente por impresoras 3D, gigantescos feed-lots de cerdos para China, “Agricultura 4.0” con inteligencia artificial, Big Data, blockchain, sensores, Internet-de-las-cosas, edición genética CRISPR: el proyecto para el campo de producción intensiva y alta tecnología, con casi nula mano de obra, que están impulsando los poderes globales para la Argentina, con el Foro Económico Mundial y Bill Gates como sus exponentes más visibles: un desierto verde, sin personas, en manos de unas pocas megacorporaciones.
Con el ingreso de nuevas marcas, el consumo de este tipo de productos comienza a incrementarse entre los argentinos.
Cada vez crece más la diversificación de productos y servicios en post de las necesidades de los consumidores y, en materia alimenticia, también se evidencia un alza ya teniendo en cuenta que los tradicionales consumidores hoy no son tales, teniéndose en cuenta cada vez más fuerte, aquellos que por sus estilos de vida buscan alternativas distintas y que además, estas contribuyan de forma consciente al planeta.Y es que en los últimos años, el consumidor se ha vuelto más consciente, demandando comer de forma más sana y las empresas comienzan a amoldarse a estas nuevas exigencias. En un planeta donde los bosques, océanos y campos están sobreexplotados, reinventarse en el sector de la alimentación será la clave.
Se promete que este nuevo modo de producción de alimento no solo evitará la matanza de seres vivos sino que, además, reducirá significativamente el uso del suelo, el consumo de energía y agua. Foto: Gentileza Laura Correa/Craveri.
Como toda tecnología emergente, llega con promesas de hacer del mundo un lugar mejor para todos y todas. Sin embargo, una gran parte de lo que promete es engañoso o no tiene sustento científico. Se trata de la producción de tejido muscular a partir del cultivo de células madre. Quieren llamarlo “carne” y venderlo en los supermercados.
El desarrollo de alimentos en laboratorios no está muy lejano Crédito: Archivo/Laboratorios Craveri
Los debates respecto de los impactos de la agroindustria y la sustentabilidad se encuentran sesgados por polémicas en torno al perfil de los productores, el rol que han tenido los empresarios del sector en el desarrollo socio-económico del país y una quizás estéril (a esta altura del progreso en el mundo) disputa respecto a los méritos relativos del agro, frente a la industria o a las actividades de servicios.
Pareciera que los argentinos seguimos obsesionados por el modelo del deterioro de los términos de intercambio entre productos primarios e industrializados, tal como fuera planteado por Raúl Prebisch en el siglo pasado y en otro contexto.
Se trata de una revolución en la producción de comestibles gracias a las foodtech (food and technology), firmas que incorporan inteligencia artificial, big data y otras tecnologías para recrear de forma casi idéntica sabores, aromas y texturas de alimentos que hasta el momento provenían de animales, pero usando sólo plantas.
El mercado de los alimentos 4.0 experimenta un verdadero boom en Argentina. Lejos de frenarse por la coyuntura que impone la pandemia, vive su etapa de esplendor.
El mercado de los alimentos 4.0 experimenta un verdadero boom en Argentina. Lejos de frenarse por la coyuntura que impone la pandemia, vive su etapa de esplendor.
Para hacer una hamburguesa vegetal se usa un 83% menos de agua y se libera un 89% menos de CO2 en el ambiente.
Para hacer una hamburguesa vegetal se usa un 83% menos de agua y se libera un 89% menos de CO2 en el ambiente.
Se estima que para el año 2050, dentro de tan sólo treinta años, seremos más de 9.500 millones de personas en el mundo, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés).
Infobae dialogó con un experto en Ingeniería en Alimentos para conocer todo sobre estos nuevos hábitos de consumo. Además, el caso de la primera hamburguesa en Argentina en base a plantas y con sabor a carne.
Granja Celular y Laboratorio Craveri trabajan en la producción de carne cultivada a partir de células madre de origen animal.
En Argentina hay varios emprendimientos científicos en curso que buscan reemplazar la carne tal como lo conocemos.
Infobae dialogó con un experto en Ingeniería en Alimentos para conocer todo sobre estos nuevos hábitos de consumo. Además, el caso de la primera hamburguesa en Argentina en base a plantas y con sabor a carne.
El cultivo de carne es una técnica que varias compañías del mundo investigan desde hace años.
Un laboratorio argentino fabrica el producto mediante reproducción genética, a partir de una pequeña muestra de músculo animal. El impacto ambiental es muy bajo. Unos laboratorios en Buenos Aires llevan años trabajando en una alternativa sostenible al consumo cárnico.
La coordinadora del área de bioingeniería de los laboratorios Craveri (Buenos Aires, Argentina), María Laura Correa, sostiene un frasco con los resultados de casi cuatro años de investigación: pequeños anillos de carne, pura fibra muscular sin materia grasa, con un valor nutritivo “similar” al de la carne animal, lo que supone una alternativa sostenible al consumo cárnico, conseguidos gracias a la técnica de “cultivo”, que permite crear carne por multiplicación celular in vitro a partir de una muestra animal. EFE/Aitor Pereira
Buenos Aires, 18 dic. (EFE).- Unos laboratorios de Buenos Aires llevan años trabajando en una alternativa sostenible al consumo cárnico, y ahora lo han conseguido gracias a la técnica de “cultivo”, que permite crear carne por multiplicación celular in vitro a partir de una muestra animal.
El cultivo de carne es una técnica que varias compañías del mundo investigan desde hace años.
Buenos Aires, 18 dic. (EFE).- Unos laboratorios de Buenos Aires llevan años trabajando en una alternativa sostenible al consumo cárnico, y ahora lo han conseguido gracias a la técnica de “cultivo”, que permite crear carne por multiplicación celular in vitro a partir de una muestra animal.
Buenos Aires, 18 dic. (EFE).- Unos laboratorios de Buenos Aires llevan años trabajando en una alternativa sostenible al consumo cárnico, y ahora lo han conseguido gracias a la técnica de “cultivo”, que permite crear carne por multiplicación celular in vitro a partir de una muestra animal.
El laboratorio Craveri se ha abocado en desarrollar una alternativa sostenible al consumo cárnico, lo cual se llevó a cabo a través de la técnica de «cultivo», que permite crear carne por multiplicación celular in vitro a partir de una muestra animal.
Unos laboratorios de Buenos Aires llevan años trabajando en una alternativa sostenible al consumo cárnico.
Unos laboratorios en Buenos Aires llevan años trabajando en una alternativa sostenible al consumo cárnico, y ahora lo han conseguido gracias a la técnica de “cultivo”, que permite crear carne por multiplicación celular in vitro a partir de una muestra animal.
El laboratorio Craveri, en Buenos Aires, asegura que si bien el aspecto es diferente, el valor nutritivo es muy parecido e incluso podría ser superior a la carne ‘tradicional’. La idea surgió tras una alerta sobre el consumo de carne de la Organización Mundial de la Salud (OMS), dice María Laura Correa, coordinadora del área de bioingeniería de los laboratorios Craveri.
El laboratorio Craveri se ha abocado en desarrollar una alternativa sostenible al consumo cárnico, lo cual se llevó a cabo a través de la técnica de «cultivo», que permite crear carne por multiplicación celular in vitro a partir de una muestra animal.
LA CARNE DE ORIGEN ANIMAL IN VITRO ES TENDENCIA EN UN MUNDO CADA VEZ MENOS CARNÍVORO. EN LA ARGENTINA, UNA STARTUP QUIERE HACERLO REALIDAD. EL DESAFÍO DE SER LOS PRIMEROS: FINANCIACIÓN Y COSTOS.
Posiblemente, en el súmmum de las serendipias junto a la llegada de Colón a América, el descubrimiento de la penicilina y la sorpresa por los beneficios del Viagra, se sume como un rayo a ese podio la ingeniería de tejidos abrazada a dos panes, con lechuga, tomate, queso y mayonesa.
BUENOS AIRES (ARGENTINA), 18/12/2019.- Pequeños anillos de carne, pura fibra muscular sin materia grasa, con un valor nutritivo “similar” al de la carne animal, son los resultados de casi cuatro años de investigación de los laboratorios Craveri (Buenos Aires, Argentina) que llevan años trabajando en una alternativa sostenible al consumo cárnico, y ahora lo han conseguido gracias a la técnica de “cultivo”, que permite crear carne por multiplicación celular in vitro a partir de una muestra animal. EFE/Aitor Pereira
Cultured meat is growing in Argentina, a country known for it's prized steak. See how this sector is trying to convert diners. Report by CGTN's @joel_richards #culturedmeat #labmeat #newsteak pic.twitter.com/y5T63vrhD1
— CGTN America (@cgtnamerica) February 14, 2020
Las nuevas tecnologías, como la bioingeniería, impulsan la producción de carne en laboratorio.
Sin dudas la carne vacuna de Argentina es mundialmente conocida como un producto ícono de la Pampa Húmeda. Se trata de un alimento que es sin duda valorado por cualquier comensal en todo el planeta, lo que ha permitido alcanzar en 2019 un récord de exportaciones, con China como principal mercado comprador.
Sin dudas la carne vacuna de Argentina es mundialmente conocida como un producto ícono de la Pampa Húmeda. Se trata de un alimento que es sin duda valorado por cualquier comensal en todo el planeta, lo que ha permitido alcanzar en 2019 un récord de exportaciones, con China como principal mercado comprador.
Por estos tiempos, además, las nuevas tecnologías avanzan sobre la producción de carne vacuna. En Europa, es noticia la creación y producción de carne como alimento en laboratorio. Por su parte, la Argentina busca ingresar en el selecto grupo de países que están llevando adelante este tipo de proyectos.
La carne es uno de los productos icónicos de estas pampas, muy valorada por comensales de todo el planeta. La tradición en la cría de bovinos y la figura del gaucho forman parte del mito del “bife” que ya es marca registrada de la Argentina.
En el último año, los envíos al mundo han crecido a un ritmo cercano al 70% interanual, con más de u$s350 millones exportados por mes y una fuerte demanda de China, que acapara el 74% de las ventas al exterior.
Pero lejos del pastoreo y los baqueanos, la tecnología está abriendo paso a una nueva forma de producción de carne, que no sólo toma lo mejor de los ejemplares criollos, sino que además tiene en cuenta cuestiones ambientales.
Posiblemente, en el súmmum de las serendipias junto a la llegada de Colón a América, el descubrimiento de la penicilina y la sorpresa por los beneficios del Viagra, se sume como un rayo a ese podio la ingeniería de tejidos abrazada a dos panes, con lechuga, tomate, queso y mayonesa.
Aquí, desde este punto hacia atrás, la agricultura celular, también conocida como la intersección entre las ciencias de la salud y la producción de alimentos, investigó durante años y, en absoluto silencio, el desarrollo de tejidos para heridas y cirugías. Así, desde 1996 con el primer cultivo de láminas de queratinocitos hasta hoy, se ha transitado un largo camino. Y, en medio, alguien pensó que si se puede desarrollar tejido a partir de la multiplicación in vitro, también puede inventarse la carne de cultivo.
El último informe especial del IPCC puso el foco sobre la contribución de la ganadería al calentamiento global e incluso sugirió que una disminución del consumo de carne ayudaría a mitigar este fenómeno. Cada vez hay mayor preocupación sobre el impacto ambiental de la producción de carne vacuna, a lo que se suman los movimientos en contra de la crueldad hacia los animales (cruelty-free) y las personas que deciden basar su dieta solo en productos de origen vegetal.
La carne producida de manera artificial en un laboratorio aún no está a la venta –se cree que sólo 50 personas probaron esta innovación en todo el mundo–, pero lo cierto es que se trata de un asunto que ya es tomado en cuenta por científicos y por empresas.
A nivel mundial, en 2013, el holandés Mark Post, profesor de Fisiología Vascular de la Universidad de Maastrict, presentó la primera hamburguesa de carne cultivada en laboratorio, a un costo de USD 280.000.
El último informe especial del IPCC puso el foco sobre la contribución de la ganadería al calentamiento global e incluso sugirió que una disminución del consumo de carne ayudaría a mitigar este fenómeno. Cada vez hay mayor preocupación sobre el impacto ambiental de la producción de carne vacuna, a lo que se suman los movimientos en contra de la crueldad hacia los animales (cruelty-free) y las personas que deciden basar su dieta solo en productos de origen vegetal.
Cada vez son más los laboratorios que trabajan en una alternativa sostenible al consumo cárnico. Científicos argentinos finalmente lo han conseguido gracias a la técnica de “cultivo”, que permite crear carne por multiplicación celular in vitro a partir de una muestra animal.
La coordinadora del área de bioingeniería de los laboratorios Craveri, María Laura Correa, contó a EFE que la idea surgió tras una alerta de la Organización Mundial de la Salud (OMS). A su lado, hay un frasco con los resultados de casi cuatro años de investigación: pequeños anillos de carne, pura fibra muscular sin materia grasa, con un valor nutritivo “similar” al de la carne animal.
Cada vez son más los laboratorios que trabajan en una alternativa sostenible al consumo cárnico. Científicos argentinos finalmente lo han conseguido gracias a la técnica de “cultivo”, que permite crear carne por multiplicación celular in vitro a partir de una muestra animal.
La coordinadora del área de bioingeniería de los laboratorios Craveri, María Laura Correa, contó a EFE que la idea surgió tras una alerta de la Organización Mundial de la Salud (OMS). A su lado, hay un frasco con los resultados de casi cuatro años de investigación: pequeños anillos de carne, pura fibra muscular sin materia grasa, con un valor nutritivo “similar” al de la carne animal.
Unos laboratorios de Buenos Aires llevan años trabajando en una alternativa sostenible al consumo cárnico, y ahora lo han conseguido gracias a la técnica de “cultivo”, que permite crear carne por multiplicación celular in vitro a partir de una muestra animal.
La coordinadora el área de bioingeniería de los laboratorios Craveri, María Laura Correa, cuenta a Efe que la idea surgió tras una alerta de la Organización Mundial de la Salud (OMS), mientras sostiene un frasco con los resultados de casi cuatro años de investigación: pequeños anillos de carne, pura fibra muscular sin materia grasa, con un valor nutritivo “similar” al de la carne animal.
Unos laboratorios de Buenos Aires llevan años trabajando en una alternativa sostenible al consumo cárnico, y ahora lo han conseguido gracias a la técnica de “cultivo”, que permite crear carne por multiplicación celular in vitro a partir de una muestra animal.
La coordinadora el área de bioingeniería de los laboratorios Craveri, María Laura Correa, cuenta a Efe que la idea surgió tras una alerta de la Organización Mundial de la Salud (OMS), mientras sostiene un frasco con los resultados de casi cuatro años de investigación: pequeños anillos de carne, pura fibra muscular sin materia grasa, con un valor nutritivo “similar” al de la carne animal.
Buenos Aires, 18 dic. (EFE).- Unos laboratorios de Buenos Aires llevan años trabajando en una alternativa sostenible al consumo cárnico, y ahora lo han conseguido gracias a la técnica de “cultivo”, que permite crear carne por multiplicación celular in vitro a partir de una muestra animal.
La coordinadora el área de bioingeniería de los laboratorios Craveri, María Laura Correa, cuenta a Efe que la idea surgió tras una alerta de la Organización Mundial de la Salud (OMS), mientras sostiene un frasco con los resultados de casi cuatro años de investigación: pequeños anillos de carne, pura fibra muscular sin materia grasa, con un valor nutritivo “similar” al de la carne animal.
¿Carne que es carne? ¿carne que no es carne? ¿carne de vaca sin matar a una vaca? ¿carne, “carne”, que se desarrolla en un laboratorio? ¿Un bife cultivado? Las incógnitas y dudas son éstas y muchas más. Pero lo cierto es que un laboratorio de Argentina se convirtió en el primero en empezar a dar respuestas a cada una de estas preguntas
El laboratorio Craveri presentó en sociedad a B.I.F.E. El resultado de una investigación y desarrollo que permitió crear Bio Ingeniería en la Fabricación de Elaborados, la startup que desarrolla carne mediante el uso de técnicas de cultivo.
Básicamente, se trata de obtener carne a partir de la toma de una mínima muestra de un animal, pero sin necesidad de sacrificarlo.
Un laboratorio porteño consiguió carne animal, en cuatro semanas, a partir de cultivar músculo bovino . Desafíos y oportunidades de la innovación.
La producción de carne cultivada es una alternativa de producción actual y que se proyecta como opción alimentaria en el futuro. La investigación sobre este tema crece en el mundo.
Un laboratorio porteño consiguió carne animal, en cuatro semanas, a partir de cultivar músculo bovino . Desafíos y oportunidades de la innovación.
La producción de carne cultivada es una alternativa de producción actual y que se proyecta como opción alimentaria en el futuro. La investigación sobre este tema crece en el mundo.
Un laboratorio porteño consiguió carne animal, en cuatro semanas, a partir de cultivar músculo bovino . Desafíos y oportunidades de la innovación.
La producción de carne cultivada es una alternativa de producción actual y que se proyecta como opción alimentaria en el futuro. La investigación sobre este tema crece en el mundo.
Un laboratorio porteño consiguió carne animal, en cuatro semanas, a partir de cultivar músculo bovino . Desafíos y oportunidades de la innovación.
La producción de carne cultivada es una alternativa de producción actual y que se proyecta como opción alimentaria en el futuro. La investigación sobre este tema crece en el mundo.
Con el objetivo de garantizar la seguridad alimentaria mundial, y reducir la carga ambiental de la producción de alimentos, la División de Bioingeniería de Laboratorios Craveri da inicio a B.I.F.E. -Bio Ingeniería en la Fabricación de Elaborados- la startup que utiliza técnicas de cultivo para desarrollar un sustituto de la producción de carne tradicional que presenta amplias ventajas en materia de salud, medioambiente y sustentabilidad.
Pasó por Palabra de Campo el encargado de producto de esta firma que busca su lugar en el mercado, pensando no en sustituir a la actividad ganadera sino en atender la demanda de alimentos de las próximas generaciones.
Pasó por Palabra de Campo el encargado de producto de esta firma que busca su lugar en el mercado, pensando no en sustituir a la actividad ganadera sino en atender la demanda de alimentos de las próximas generaciones.
Pasó por Palabra de Campo el encargado de producto de esta firma que busca su lugar en el mercado, pensando no en sustituir a la actividad ganadera sino en atender la demanda de alimentos de las próximas generaciones.
Las células satélite son sobre las que se trabaja para “cultivar” la carne que se consumirá en unos años. Foto: Fernando Calzada.Pensemos en un laberinto. O en Kafka, que ideó una forma particular de laberinto. Para ingresar al cuarto aséptico en el que están las células de carne, hay que tomar una serie de recaudos que evitan llevar partículas contaminantes al área de trabajo.
Las células satélite son sobre las que se trabaja para “cultivar” la carne que se consumirá en unos años. Foto: Fernando Calzada.Pensemos en un laberinto. O en Kafka, que ideó una forma particular de laberinto. Para ingresar al cuarto aséptico en el que están las células de carne, hay que tomar una serie de recaudos que evitan llevar partículas contaminantes al área de trabajo.
No es carne vegetariana, tampoco es mutación genética. La agricultura celular propone la elaboración de productos de origen animal de una manera sostenible, in vitro. Un recorrido por la única startup argentina dedicada al cultivo de carne
No es carne vegetariana, tampoco es mutación genética. La agricultura celular propone la elaboración de productos de origen animal de una manera sostenible, in vitro. Un recorrido por la única startup argentina dedicada al cultivo de carne.
No es carne vegetariana, tampoco es mutación genética. La agricultura celular propone la elaboración de productos de origen animal de una manera sostenible, in vitro. Un recorrido por la única startup argentina dedicada al cultivo de carne.
Laboratorios Craveri creó una división encargada de llevar adelante la multiplicación en laboratorio de células de origen animal.
La División de Bioingeniería de Laboratorios Craveri dio inicio a B.I.F.E. -Bio Ingeniería en la Fabricación de Elaborados– la startup que utiliza técnicas de cultivo para desarrollar un sustituto de la producción de carne tradicional que “presenta amplias ventajas en materia de salud, medioambiente y sustentabilidad”.
Laboratorios Craveri creó una división encargada de llevar adelante la multiplicación en laboratorio de células de origen animal.
La División de Bioingeniería de Laboratorios Craveri dio inicio a B.I.F.E. -Bio Ingeniería en la Fabricación de Elaborados– la startup que utiliza técnicas de cultivo para desarrollar un sustituto de la producción de carne tradicional que “presenta amplias ventajas en materia de salud, medioambiente y sustentabilidad”.
Laboratorios Craveri creó una división encargada de la multiplicación en laboratorio de células de origen animal.
Laboratorios Craveri creó una división encargada de llevar adelante la multiplicación en laboratorio de células de origen animal.
LABORATORIO. El desafío de la agricultura celular es lograr la escala requerida para agilizar el proceso productivo.
In vitro y en un proceso que dura cuatro semanas, un laboratorio local logró reproducir sabor, textura y valor nutricional del producto original. Aunque falta para que se produzca a gran escala, expertos aseguraron a Infobae que la “agricultura celular” tendría una ventaja a nivel ambiental, ya que el cultivo de la carne no produce emisión de metano.
Con el proyecto Bife, el laboratorio Craveri introduce carne cultivada en el país. Comer animales se ha vuelto un problema cada vez más acuciante en el mundo, y por varias razones: es costoso (el ganado utiliza mucha energía, agua y superficie de tierra); contamina el medio ambiente; transmite enfermedades a los consumidores carnívoros y enardece a vegetarianos, veganos y todos aquellos preocupados por el bienestar animal.
In vitro y en un proceso que dura cuatro semanas, un laboratorio local logró reproducir sabor, textura y valor nutricional del producto original. Aunque falta para que se produzca a gran escala, expertos aseguraron a Infobae que la “agricultura celular” tendría una ventaja a nivel ambiental, ya que el cultivo de la carne no produce emisión de metano.
YA ESTÁ EN MARCHA EN EL PAÍS LA STARTUP QUE UTILIZA TÉCNICAS DE CULTIVO PARA DESARROLLAR UN SUSTITUTO DE LA PRODUCCIÓN DE CARNE TRADICIONAL. DESTACAN SUS AMPLIAS VENTAJAS EN MATERIA DE SALUD, MEDIOAMBIENTE Y SUSTENTABILIDAD. SE DENOMINA B.I.F.E Y HA SIDO DESARROLLADA POR LABORATORIOS CRAVERI.
Con el objetivo de garantizar la seguridad alimentaria mundial, y reducir la carga ambiental de la producción de alimentos, la División de Bioingeniería de Laboratorios Craveri da inicio a B.I.F.E. -Bio Ingeniería en la Fabricación de Elaborados- la startup que utiliza técnicas de cultivo para desarrollar un sustituto de la producción de carne tradicional que presenta amplias ventajas en materia de salud, medioambiente y sustentabilidad.
In vitro y en un proceso que dura cuatro semanas, un laboratorio local logró reproducir sabor, textura y valor nutricional del producto original. Aunque falta para que se produzca a gran escala, expertos aseguraron a Infobae que la “agricultura celular” tendría una ventaja a nivel ambiental, ya que el cultivo de la carne no produce emisión de metano.
Aunque aún no está a la venta, la carne producida de manera artificial en un laboratorio ya es tomado en cuenta por científicos y por empresas.
En la Argentina, el laboratorio Craveri es pionero en la investigación sobre producción de alimentos, en su división de Bio Ingeniería en la Fabricación de Elaborados.
Con el objetivo de garantizar la seguridad alimentaria mundial, y reducir la carga ambiental de la producción de alimentos, la División de Bioingeniería de Laboratorios Craveri da inicio a B.I.F.E. -Bio Ingeniería en la Fabricación de Elaborados- la startup que utiliza técnicas de cultivo para desarrollar un sustituto de la producción de carne tradicional que presenta amplias ventajas en materia de salud, medioambiente y sustentabilidad.
In vitro y en un proceso que dura cuatro semanas, un laboratorio local logró reproducir sabor, textura y valor nutricional del producto original. En la Argentina, el laboratorio Craveri es pionero en la investigación sobre producción de alimentos, en su división de Bio Ingeniería en la Fabricación de Elaborados.
Comer animales se ha vuelto un problema cada vez más acuciante en el mundo, y por varias razones: es costoso (el ganado utiliza mucha energía, agua y superficie de tierra); contamina el medio ambiente; transmite enfermedades a los consumidores carnívoros y enardece a vegetarianos, veganos y todos aquellos preocupados por el bienestar animal.
Pueden producir carne en 4 semanas. O sea, en vez de criar un novillo a campo, durante más de dos años, obtienen un producto similar pero en un laboratorio, de un modo mucho más rápido y con menores costos. Para que sea realmente así, a nivel de consumo comercial, podrían faltar unos 10 años.
Aunque aún no está a la venta, la carne producida de manera artificial en un laboratorio ya es tomado en cuenta por científicos y por empresas.
En la Argentina, el laboratorio Craveri es pionero en la investigación sobre producción de alimentos, en su división de Bio Ingeniería en la Fabricación de Elaborados.
In vitro y en un proceso que dura cuatro semanas, un laboratorio local logró reproducir sabor, textura y valor nutricional del producto original. En la Argentina, el laboratorio Craveri es pionero en la investigación sobre producción de alimentos, en su división de Bio Ingeniería en la Fabricación de Elaborados.
In vitro y en un proceso que dura cuatro semanas, un laboratorio local logró reproducir sabor, textura y valor nutricional del producto original.
Laboratorios Craveri dio una paso gigante al producir carne de manera artificial en un laboratorio. Esta compañìa, que planificó trasladar sus operaciones a Pilar y que hoy esa decisión está descartada, fue pionero en la investigación sobre producción de alimentos, en su división de BioIngeniería en la Fabricación de Elaborados.
La carne producida de manera artificial en un laboratorio aún no está a la venta –se cree que sólo 50 personas probaron esta innovación en todo el mundo–, pero lo cierto es que se trata de un asunto que ya es tomado en cuenta por científicos y por empresas.
Un reciente informe periodístico brindó detalles, y entre otros se destacó que se puede producir carne en 4 semanas. O sea, en vez de criar un novillo a campo, durante más de dos años, se obtiene un producto similar pero en un laboratorio, de un modo mucho más rápido y con menores costos. Para que sea realmente así, a nivel de consumo comercial podrían faltar unos 10 años.
Las propiedades nutritivas de la carne sintética no varían respecto de las que contiene el músculo del animal
In vitro y en un proceso que dura cuatro semanas, un laboratorio local logró reproducir sabor, textura y valor nutricional del producto original.
Con el objetivo de garantizar la seguridad alimentaria mundial, y reducir la carga ambiental de la producción de alimentos, la División de Bioingeniería de Laboratorios Craveri da inicio a B.I.F.E. -Bio Ingeniería en la Fabricación de Elaborados- la startup que utiliza técnicas de cultivo para desarrollar un sustituto de la producción de carne tradicional que presenta amplias ventajas en materia de salud, medioambiente y sustentabilidad.
Si bien en el mundo existen laboratorios, grupos de investigación y startup que comenzaron a desarrollar esta tecnología desde hace varios años, B.I.F.E. es la primera compañía argentina que se encuentra actualmente desarrollando la tecnología para obtener carne animal a partir del uso de técnicas de cultivo en el laboratorio.
Con el objetivo de garantizar la seguridad alimentaria mundial, y reducir la carga ambiental de la producción de alimentos, la División de Bioingeniería de Laboratorios Craveri da inicio a B.I.F.E. -Bio Ingeniería en la Fabricación de Elaborados- la startup que utiliza técnicas de cultivo para desarrollar un sustituto de la producción de carne tradicional que presenta amplias ventajas en materia de salud, medioambiente y sustentabilidad.
Con el objetivo de garantizar la seguridad alimentaria mundial, y reducir la carga ambiental de la producción de alimentos, la División de Bioingeniería de Laboratorios Craveri da inicio a B.I.F.E. -Bio Ingeniería en la Fabricación de Elaborados- la startup que utiliza técnicas de cultivo para desarrollar un sustituto de la producción de carne tradicional que presenta amplias ventajas en materia de salud, medioambiente y sustentabilidad.
Ya está en marcha en el país la startup que utiliza técnicas de cultivo para desarrollar un sustituto de la producción de carne tradicional. Destacan sus amplias ventajas en materia de salud, medioambiente y sustentabilidad. Se denomina B.I.F.E y ha sido desarrollada por Laboratorios Craveri.
El sector BIFE (por la sigla Bio Ingeniería en la Fábrica de Elaborados) del laboratorio nacional Craveri es el encargado de “cultivar carne”
Con el objetivo de garantizar la seguridad alimentaria mundial, y reducir la carga ambiental de la producción de alimentos, la División de Bioingeniería de Laboratorios Craveri da inicio a B.I.F.E. (Bio Ingeniería en la Fabricación de Elaborados) para desarrollar carne cultivada.
La carne producida de manera artificial en un laboratorio aún no está a la venta –se piensa que Solo 50 personas probaron esta innovación en todo el mundo–, No obstante lo cierto es que Versa de un asunto que ya es tomado en cuenta por científicos y por empresas.
Pueden producir carne en 4 semanas. O sea, en vez de criar un novillo a campo, durante más de dos años, obtienen un producto similar pero en un laboratorio, de un modo mucho más rápido y con menores costos. Para que sea realmente así, a nivel de consumo comercial, podrían faltar unos 10 años. Pero ya se puede afirmar que la carne cultivada es un hecho en la Argentina.
La carne producida de manera artificial en un laboratorio aún no está a la venta –se piensa que Solo 50 personas probaron esta innovación en todo el mundo–, No obstante lo cierto es que Versa de un asunto que ya es tomado en cuenta por científicos y por empresas.
La carne producida de manera artificial en un laboratorio aún no está a la venta –se cree que sólo 50 personas probaron esta innovación en todo el mundo–, pero lo cierto es que se trata de un asunto que ya es tomado en cuenta por científicos y por empresas.
La carne producida de manera artificial en un laboratorio aún no está a la venta –se piensa que Solo 50 personas probaron esta innovación en todo el mundo–, No obstante lo cierto es que Versa de un asunto que ya es tomado en cuenta por científicos y por empresas.
Es un laboratorio de capitales nacionales. En un mes transforma una pastilla de músculo vacuno en una hamburguesa.
La carne producida de manera artificial en un laboratorio aún no está a la venta -se cree que sólo 50 personas probaron esta innovación en todo el mundo-, pero lo cierto es que se trata de un asunto que ya es tomado en cuenta por científicos y por empresas.
Pueden producir carne en 4 semanas. O sea, en vez de criar un novillo a campo, durante más de dos años, obtienen un producto similar pero en un laboratorio, de un modo mucho más rápido y con menores costos. Para que sea realmente así, a nivel de consumo comercial, podrían faltar unos 10 años.
En el país del bife resulta inimaginable que pueda fabricarse carne animal en un laboratorio, pero una empresa argentina ya lo logró. En pleno corazón de Caballito, el laboratorio Craveri desarrolló una carne cultivada que no es sintética ni vegetal. Es carne vacuna, solo que la empresa no necesitó criar ni sacrificar a ninguna vaca.
Pueden producir carne en 4 semanas. O sea, en vez de criar un novillo a campo, durante más de dos años, obtienen un producto similar pero en un laboratorio, de un modo mucho más rápido y con menores costos. Para que sea realmente así, a nivel de consumo comercial, podrían faltar unos 10 años.
La carne producida de manera artificial en un laboratorio aún no está a la venta –se cree que sólo 50 personas probaron esta innovación en todo el mundo–, pero lo cierto es que se trata de un asunto que ya es tomado en cuenta por científicos y por empresas.
En el país del bife resulta inimaginable que pueda fabricarse carne animal en un laboratorio, pero una empresa argentina ya lo logró. En pleno corazón de Caballito, el laboratorio Craveri desarrolló una carne cultivada que no es sintética ni vegetal. Es carne vacuna, solo que la empresa no necesitó criar ni sacrificar a ninguna vaca.
Las propiedades nutritivas de la carne sintética no varían respecto de las que contiene el músculo del animal. La carne producida de manera artificial en un laboratorio aún no está a la venta –se cree que sólo 50 personas probaron esta innovación en todo el mundo–, pero lo cierto es que se trata de un asunto que ya es tomado en cuenta por científicos y por empresas.
In vitro y en un proceso que dura cuatro semanas, un laboratorio local logró reproducir sabor, textura y valor nutricional del producto original.
Aunque falta para que se produzca a gran escala, expertos aseguraron a Infobae que la “agricultura celular” tendría una ventaja a nivel ambiental, ya que el cultivo de la carne no produce emisión de metano.
Con el objetivo de garantizar la seguridad alimentaria mundial, y reducir la carga ambiental de la producción de alimentos, la División de Bioingeniería de Laboratorios Craveri da inicio a B.I.F.E. -Bio Ingeniería en la Fabricación de Elaborados- la startup que utiliza técnicas de cultivo para desarrollar un sustituto de la producción de carne tradicional que presenta amplias ventajas en materia de salud, medioambiente y sustentabilidad.
In vitro y en un proceso que dura cuatro semanas, un laboratorio local logró reproducir sabor, textura y valor nutricional del producto original. Aunque falta para que se produzca a gran escala, expertos aseguraron a Infobae que la “agricultura celular” tendría una ventaja a nivel ambiental, ya que el cultivo de la carne no produce emisión de metano
La carne producida de manera artificial en un laboratorio aún no está a la venta –se cree que sólo 50 personas probaron esta innovación en todo el mundo–, pero lo cierto es que se trata de un asunto que ya es tomado en cuenta por científicos y por empresas.
Es un laboratorio de capitales nacionales. En un mes transforma una pastilla de músculo vacuno en una hamburguesa.
Pueden producir carne en 4 semanas. O sea, en vez de criar un novillo a campo, durante más de dos años, obtienen un producto similar pero en un laboratorio, de un modo mucho más rápido y con menores costos.
El laboratorio nacional Craveri le puso primera a la Bioingeniería. Fue a través de una iniciativa que la compañía presentó hoy, jueves 21 de noviembre, en su planta industrial de Caballito.
La firma convocó a la prensa especializada para revelar los detalles del proyecto al que bautizó «BIFE» -bio ingeniería en la fabricación de elaborados- y que está enfocado en la carne in vitro.
Cultivar carne parece una idea futurista, surrealista quizás. Sin embargo, los especialistas auguran que en 5 ó 10 años la carne cultivada va a convivir con la carne animal que hoy conocemos. Así lo aseguró Juan Craveri, titular del laboratorio homónimo a cargo de la producción.
En el país del bife resulta inimaginable que pueda fabricarse carne animal en un laboratorio, pero una empresa argentina ya lo logró. En pleno corazón de Caballito, el laboratorio Craveri desarrolló una carne cultivada que no es sintética ni vegetal. Es carne vacuna, solo que la empresa no necesitó criar ni sacrificar a ninguna vaca.
Debido a su tendencia innata a contraerse, las células forman anillos. En el país del bife resulta inimaginable que pueda fabricarse carne animal en un laboratorio, pero una empresa argentina ya lo logró. En pleno corazón de Caballito, el laboratorio Craveri desarrolló una carne cultivada que no es sintética ni vegetal.
Se realiza a partir de cultivos celulares que no requieran del sacrificio animal. Busca garantizar la seguridad alimentaria mundial y reducir la carga ambiental de la producción de alimentos.
En el país del bife resulta inimaginable que pueda fabricarse carne animal en un laboratorio, pero una empresa argentina ya lo logró. En pleno corazón de Caballito, el laboratorio Craveri desarrolló una carne cultivada que no es sintética ni vegetal. Es carne vacuna, solo que la empresa no necesitó criar ni sacrificar a ninguna vaca.
Se realiza a partir de cultivos celulares que no requieran del sacrificio animal. Busca garantizar la seguridad alimentaria mundial y reducir la carga ambiental de la producción de alimentos.
Es un laboratorio de capitales nacionales. En un mes transforma una pastilla de músculo vacuno en una hamburguesa.
Pueden producir carne en 4 semanas. O sea, en vez de criar un novillo a campo, durante más de dos años, obtienen un producto similar pero en un laboratorio, de un modo mucho más rápido y con menores costos. Para que sea realmente así, a nivel de consumo comercial, podrían faltar unos 10 años. Pero ya se puede afirmar que la carne cultivada es un hecho en la Argentina. La realiza el laboratorio nacional Craveri, que a partir de su experiencia en ciencias de la salud está investigando sobre producción de alimentos, en una división con nombre elocuente, y ocurrente: BIFE (por la sigla Bio Ingeniería en la Fabricación de Elaborados).
Pueden producir carne en 4 semanas. O sea, en vez de criar un novillo a campo, durante más de dos años, obtienen un producto similar pero en un laboratorio, de un modo mucho más rápido y con menores costos. Para que sea realmente así, a nivel de consumo comercial, podrían faltar unos 10 años. Pero ya se puede afirmar que la carne cultivada es un hecho en la Argentina.
Pueden producir carne en 4 semanas. O sea, en vez de criar un novillo a campo, durante más de dos años, obtienen un producto similar pero en un laboratorio, de un modo mucho más rápido y con menores costos. Para que sea realmente así, a nivel de consumo comercial, podrían faltar unos 10 años. Pero ya se puede afirmar que la carne cultivada es un hecho en la Argentina….
Pueden producir carne en 4 semanas. O sea, en vez de criar un novillo a campo, durante más de dos años, obtienen un producto similar pero en un laboratorio, de un modo mucho más rápido y con menores costos. Pero para que sea realmente así podrían faltar unos 10 años. Claro que se puede afirmar que la carne cultivada es un hecho en la Argentina. La realiza el laboratorio nacional Craveri, que a partir de su experiencia en ciencias de la salud está investigando sobre producción de alimentos, en una división con nombre elocuente, y ocurrente: BIFE (por la sigla Bio Ingeniería en la Fabricación de Elaborados)
Pueden producir carne en 4 semanas. O sea, en vez de criar un novillo a campo, durante más de dos años, obtienen un producto similar pero en un laboratorio, de un modo mucho más rápido y con menores costos. Pero para que sea realmente así podrían faltar unos 10 años. Claro que se puede afirmar que la carne cultivada es un hecho en la Argentina. La realiza el laboratorio nacional Craveri, que a partir de su experiencia en ciencias de la salud está investigando sobre producción de alimentos, en una división con nombre elocuente, y ocurrente: BIFE (por la sigla Bio Ingeniería en la Fabricación de Elaborados).
En el país del bife resulta inimaginable que pueda fabricarse carne animal en un laboratorio, pero una empresa argentina ya lo logró. En pleno corazón de Caballito, el laboratorio Craveri desarrolló una carne cultivada que no es sintética ni vegetal.
En el país del bife resulta inimaginable que pueda fabricarse carne animal en un laboratorio, pero una empresa argentina ya lo logró. En pleno corazón de Caballito, el laboratorio Craveri desarrolló una carne cultivada que no es sintética ni vegetal. Es carne vacuna, solo que la empresa no necesitó criar ni sacrificar a ninguna vaca.
En el país del bife resulta inimaginable que pueda fabricarse carne animal en un laboratorio, pero una empresa argentina ya lo logró. En pleno corazón de Caballito, el laboratorio Craveri desarrolló una carne cultivada que no es sintética ni vegetal. Es carne vacuna, solo que la empresa no necesitó criar ni sacrificar a ninguna vaca.
En pleno corazón de Caballito, el laboratorio Craveri desarrolló una carne cultivada que no es sintética ni vegetal. Es carne vacuna, solo que la empresa no necesitó criar ni sacrificar a ninguna vaca. La primera vez que este tipo de desarrollo se presentó al mundo fue hace seis años, cuando la firma holandesa Mosa Meat…
En el país del bife resulta inimaginable que pueda fabricarse carne animal en un laboratorio, pero una empresa argentina ya lo logró. En pleno corazón de Caballito, el laboratorio Craveri desarrolló una carne cultivada que no es sintética ni vegetal. Es carne vacuna, solo que la empresa no necesitó criar ni sacrificar a ninguna vaca.
En el país del bife resulta inimaginable que pueda fabricarse carne animal en un laboratorio, pero una empresa argentina ya lo logró. En pleno corazón de Caballito, el laboratorio Craveri desarrolló una carne cultivada que no es sintética ni vegetal. Es carne vacuna, solo que la empresa no necesitó criar ni sacrificar a ninguna vaca.
En pleno corazón de Caballito, el laboratorio Craveri desarrolló una carne cultivada que no es sintética ni vegetal. Es carne vacuna, solo que la empresa no necesitó criar ni sacrificar a ninguna vaca. La primera vez que este tipo de desarrollo se presentó al mundo fue hace seis años, cuando la firma holandesa Mosa Meat…
La carne es uno de los productos icónicos de estas pampas, muy valorada por comensales de todo el planeta. La tradición en la cría de bovinos y la figura del gaucho forman parte del mito del “bife” que ya es marca registrada de la Argentina.
En el último año, los envíos al mundo han crecido a un ritmo cercano al 70% interanual, con más de u$s350 millones exportados por mes y una fuerte demanda de China, que acapara el 74% de las ventas al exterior.
Pero lejos del pastoreo y los baqueanos, la tecnología está abriendo paso a una nueva forma de producción de carne, que no sólo toma lo mejor de los ejemplares criollos, sino que además tiene en cuenta cuestiones ambientales.