La agricultura celular preserva la salud a largo plazo, evita la degradación excesiva de los recursos naturales y contribuye al cuidado del medio ambiente

vacas
carne cultivada

Con el objetivo de garantizar la seguridad alimentaria mundial y reducir la carga ambiental de la producción de alimentos, la División Bioingeniería de Laboratorios Craveri da inicio a B.I.F.E. –Bio Ingeniería en la Fabricación de Elaborados– la startup que desarrolla carne mediante el uso de técnicas de cultivo. La innovación que plantea B.I.F.E. se apoya en la elaboración de productos alimenticios de óptima calidad y valor nutricional desarrollados en una planta GMP -Good Manufacturing Practice- de acuerdo a los más altos estándares de calidad internacionales.

La llamada “agricultura celular” surge de la intersección entre las ciencias de la salud y la producción de alimentos, tomando las herramientas y conocimientos de la primera para su aplicación en la segunda. Actualmente se consolida para llevar una solución al problema de la falta de alimentos para la población futura y la elaboración sustentable de productos alimenticios de origen animal a partir de cultivos celulares que no requieran del sacrificio animal.

En la actualidad, el mayor desafío que afronta esta práctica es lograr la escala requerida para agilizar el proceso productivo y convertir a la carne cultivada en un producto básico y de fácil alcance al mercado. Es factible que la carne de cultivo complemente la disponibilidad de proteína de carne de origen animal, pero no reemplace al consumo de carne convencional, pues dichos alimentos seguramente convivirán y se mantendrán en el tiempo.

El consumo de carne cultivada es una alternativa saludable dado que presenta notables ventajas a nivel nutricional y desde el cuidado de la salud. Entre ellas, se destaca la notoria reducción de la incidencia de enfermedades de origen animal utilizando estrictas reglas de control de calidad, imposibles de aplicar a la producción de ganado tradicional.

Por otro lado, la agricultura celular cuenta con la posibilidad de controlar la cantidad de grasa que contiene la carne convirtiéndola en un producto alimenticio magro y sano que brinda todos los beneficios de la proteína animal. En este mismo sentido, no es necesario cultivar las partes no comestibles como hueso, el sistema nervioso, sistema respiratorio y sistema digestivo evitando desperdicio alguno.

En referencia al medio ambiente, la agricultura celular es considerablemente más eficiente dado que disminuye el uso de energía, la extensión de tierra requerida y el agua que el ganado tradicional necesita. Así, el desarrollo de carne cultivada en laboratorio se convierte en una opción viable que promete satisfacer la demanda de la población de manera sustentable.

celulas
carne cultivada

La carne cultivada no está modificada genéticamente, sino que es producto de la multiplicación in vitro de las mismas células que producen la carne en el animal. El objetivo es imitar el nicho ambiental in vivo para crear un músculo comparable al tejido nativo. Así, obtenemos un sustituto de la producción de carne tradicional con amplias ventajas en el proceso productivo y en materia nutricional.

Para llevar a cabo el proceso de cultivo, en primer lugar es necesario recolectar células animales que se encuentren en el tejido nativo del animal. Una vez obtenida la muestra, se deben aislar las células satélite (células encargadas de crear un nuevo tejido muscular cuando ocurre un daño en el músculo) y cultivarlas con el fin de multiplicarlas. Luego de obtenida la cantidad necesaria se las estimula para que se fusionen y formen fibras de tejido muscular.

Por otro lado, es necesario contar con un medio de cultivo que contenga todos los nutrientes que las células requieren para crecer y multiplicarse. Los actualmente utilizados contienen componentes inorgánicos y orgánicos que incluyen carbohidratos, aminoácidos y vitaminas.

Finalmente se requiere una matriz tridimensional que imite el entorno natural del músculo nativo. Además tiene que tener las características apropiadas para permitir la adhesión celular y la posterior proliferación y desarrollo de tejido muscular.

El bioprocesamiento que en sí mismo puede ser considerado en cuatro instancias, consta de: la multiplicación de células, la formación de las fibras musculares, la fabricación del producto y la valorización de los residuos. La División Bioingeniería de Laboratorios Craveri es, actualmente, la única planta Elaboradora de Productos Celulares tipo II (EPC II) habilitada por el INCUCAI para realizar preparaciones celulares que requieran de un grado importante de manipulación.

AHORROS DEL BIOPROCESAMIENTO

-45%

ENERGÍA

-99%

TERRENO

-96%

GASES DE EFECTO INVERNADERO

-96%

AGUA

Para el año 2050, se estima que la población mundial será de 9.000.000.000, lo que hace necesario encontrar métodos alternativos a la producción tradicional de carne. Los científicos están desarrollando la tecnología para optimizar el proceso de obtención de la carne cultivada. No obstante, algunas estimaciones preliminares suponen importantes beneficios para el medio ambiente.

NUESTRO EQUIPO

Laura Correa

Lic. Laura Correa

Laboratorios Craveri
División Bioingeniería

Licenciada en Ciencias Biológicas egresada de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. Desde 2004, es la Coordinadora de la División Bioingeniería del Laboratorio Craveri S.A.I.C. donde se dedica al desarrollo de Medicamentos de Terapia Avanzada. Sus principales ámbitos de investigación conciernen a la innovación en terapias derivadas de la Medicina Regenerativa e Ingeniería de tejidos. En el año 2016, comenzó a dirigir las investigaciones en el área de Agricultura celular para la producción de carne cultivada. Ha pronunciado diversas conferencias sobre su especialidad, tanto en Argentina como en otros países.

Diego Dominici

Diego Dominici

Bioquímico Encargado de producto

Carla Reigosa

Carla Reigosa

Técnica en Cultivo Celular

Melina Rozenbaum

Melina Rozenbaum

Técnica en Cultivo Celular

Yamila Arean

Yamila Arean

Técnica en Cultivo Celular

COMÉ CARNE, NO ANIMALES

Laboratorios Craveri